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¿Qué son los pólenes?

El polen es una partícula reproductora que emiten los órganos florales masculinos para fecundar a las flores femeninas y así comenzar la formación del fruto. Durante el periodo de polinización, una sola planta produce miles de granos de pólenes, que no se ven a simple vista. Con el viento, el polen circula en el aire alcanzando grandes distancias y con la lluvia, el nivel de pólenes en suspensión desciende, aunque posteriormente puede alcanzar niveles más altos.

¿Qué es la alergia al polen?

La alergia al polen es una enfermedad respiratoria bastante frecuente que es producida por una sobrerreacción frente a los granos de polen que producen ciertas plantas (árboles, gramíneas y herbáceas). Por eso, se conoce como “rinitis alérgica estacional”, porque solo se produce durante el periodo reproductivo de las plantas.

Este polen, que está en el aire, se deposita en la piel, los ojos, la nariz y los bronquios causando síntomas alérgicos como estornudos, ojos llorosos, enrojecimiento ocular, dificultades para respirar, picor, congestión y secreción nasal. Además, esta alergia puede ir acompañada de asma alérgica, lo que puede agraviar los síntomas.

¿Cómo influyen los pólenes en la alergia?

Las personas con alergia al polen, perciben esta sustancia como un agente extraño, lo que provoca una respuesta del sistema inmune. Al ponerse en contacto el polen con la piel, los ojos o el aparato respiratorio, el organismo se defiende liberando una serie de mediadores inflamatorios al torrente sanguíneo, entre ellas, la histamina, responsable de los síntomas de estornudos, el lagrimeo y otros síntomas comunes de la alergia al polen.

Las plantas se reproducen pasando el polen de unas flores a otras. Todas las plantas, árboles, hierbas, arbustos y malezas forman polen, y para el traspaso de polen hay dos métodos: mediante insectos y mediante el viento. Los granos de polen son pequeños, muy numerosos, flotan mucho en el aire, y el viento los puede transportar a cientos de kilómetros de distancia. Este tipo de plantas son las que dan alergia con mucha frecuencia.

¿En qué época del año hay pólenes?

Puede haber pólenes durante todo el año. La primavera es la estación en la que más plantas sueltan pólenes, pero durante el verano también son abundantes. En otoño hay plantas que sueltan polen durante una segunda fase, además de la primavera. Algunas plantas sueltan polen incluso durante el invierno. Así que la alergia al polen, aunque predomine en primavera, puede aparecer en otras estaciones del año.

Cada planta tiene su propia época de liberación de polen, su propia estación polínica. Las personas que saben que tienen alergia al polen de una planta concreta, deben informarse de cuál es la época en la que dicha planta suelta polen, pues es de esperar que empeore entonces.

Alergia al polen y su impacto en la calidad de vida

En Europa entre el 15 y el 20% de las personas que tienen alergia al polen sufren una rinitis alérgica grave. Esta alergia puede ir acompañada de otras complicaciones como apnea, sinusitis e infecciones óticas. Todo ello, perjudica a la calidad de su sueño y, consecuentemente, a la realización de sus actividades cotidianas, su capacidad de concentración, productividad en el trabajo y bienestar en general. En el caso de los niños y adolescentes esta alergia estacional puede repercutir en su capacidad de aprendizaje. Las personas que sufren rinitis alérgica son 3,5 veces más propensas a ser asmáticas, respecto al resto de la población. Cabe destacar que este tipo de alergia es tratable y existen soluciones disponibles. Por eso, se debe consultar un alergólogo para obtener un diagnóstico adecuado y definir su tratamiento para la alergia.

Medidas preventivas para evitar el contacto con pólenes

  • Las medidas que se pueden hacer para evitar los pólenes son limitadas, ya que viene flotando por el aire desde largas distancias. No obstante, se dan una serie de recomendaciones para evitarlos dentro de lo posible.
  • Evitar la estancia prolongada y la actividad física innecesaria en parques, jardines y zonas de arbolado, intentando permanecer el mayor tiempo posible en interiores limpios, sobre todo cuando haya mucho viento.
  • Mantenga las ventanas cerradas de su dormitorio, excepto en el momento de ventilarlo. Se recomienda ventilar la habitación al atardecer y realizar pulverizaciones de agua antes de acostarse.
  • Si viaja en automóvil mantenga las ventanillas cerradas para evitar el impacto del aire sobre la cara. Los filtros que incorpora el sistema de aire acondicionado pueden ayudar a impedir que el polen penetre en la casa.
  •  Las gafas de sol evitan el choque directo del polen contra los ojos. En casos extremos puede ser conveniente llevar mascarilla que filtre el polen.
  • Evitar la permanencia en el exterior en días soleados y con más viento, sobre todo al atardecer y de noche, que es cuando flotan más pólenes en la atmósfera.
  • No es aconsejable cortar el cesped, ni conviene tumbarse en la hierba.
  • Las actividades que se efectúan al aire libre deben restringirse en las primeras horas de la mañana, cuando la emisión de pólenes es máxima, pero también desde las 19 a las 22 horas, pues al enfriarse la atmósfera se produce un descenso de granos de polen a las capas más bajas.
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