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Neumonitis por hipersensibilidad (alveolitis alérgica extrínseca)

La neumonitis por hipersensibilidad (NH), también denominada alveolitis alérgica extrínseca, engloba un grupo de enfermedades en las que se produce una inflamación de las partes más periféricas del pulmón (alvéolos e intersticio pulmonar), secundaria a la inhalación repetida de polvos orgánicos y algunos productos químicos,  consecuencia de una reacción inmunológica. El pulmón del granjero, el pulmón del cultivador de setas, el pulmón del carpintero y el pulmón del cuidador de aves son algunos ejemplos de esta enfermedad.

Síntomas de una neumonitis por hipersensibilidad

Los pacientes pueden presentar manifestaciones agudas de la enfermedad tras la inhalación de gran cantidad de material orgánico en poco tiempo; pero también síntomas más leves, aunque progresivos, cuando se trata de la inhalación de menor cantidad de material, pero más constante y prolongada en el tiempo (formas subagudas y crónicas).

En el caso de la presentación aguda, es característica la aparición de síntomas parecidos a una infección vírica o gripe, con fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, dolores musculares, falta de apetito, cansancio y malestar general entre las 2 y las 9 horas tras la exposición.

También, aunque no es la norma, puede aparecer tos seca, opresión en el pecho y dificultad respiratoria, que es más acusada con esfuerzos físicos, mejorando significativamente en reposo; aunque en ocasiones es intensa. Los síntomas desaparecen entre las 12 y las 48 horas si cesa el contacto, aunque algunas veces —sobre todo la dificultad respiratoria— pueden persistir durante semanas. No obstante, estas manifestaciones vuelven a aparecer tras un nuevo contacto y generalmente son cada vez más intensas.

En la forma subaguda, los pacientes presentan tos con expectoración y dificultad respiratoria con el esfuerzo físico, de manera progresiva, en un período de semanas. Puede haber cansancio, pérdida de apetito y pérdida de peso. También pueden presentarse fases de reactivación con manifestaciones similares a las descritas para la fase aguda.

En la forma crónica, el paciente experimenta tos con expectoración y dificultad respiratoria, que se va instaurando de manera lenta y gradual, en meses o años, sobre todo con esfuerzos físicos cada vez de menor intensidad, junto a pérdida de apetito y de peso, sin otras manifestaciones, ni agudizaciones.

No obstante, hay veces en que no se pueden diferenciar tan claramente estos patrones de presentación, pues existen patrones intermedios con diferentes combinaciones de síntomas.

Diagnóstico de la Alveolitis

No hay ningún dato clínico o de laboratorio preciso de la NH, por lo que es necesario reunir una serie de datos en forma conjunta para poder elaborar un diagnóstico definitivo. En 1997, Schuyler y Cormier propusieron seis criterios mayores y tres menores de los que se precisan cuatro y dos, respectivamente, para la confirmación de la enfermedad.

Criterios mayores:

–  Historia de síntomas compatibles que aparecen o empeoran horas después de la exposición.

–  Confirmación de la exposición al antígeno

 – Cambios compatibles en radiografía de tórax o tomografía computarizada de alta resolución.

– Linfocitosis en el lavado broncoalveolar.

Criterios menores:

 – Estertores crepitantes

 – Disminución de la capacidad de difusión

– Hipoxemia arterial en reposo o tras ejercicio

Pruebas diagnósticas

Las primeras pruebas que se deben realizar son los estudios radiológicos, como la radiografía de tórax o la tomografía computarizada (TC) de tórax, con mayor resolución, junto con pruebas de función pulmonar (espirometría). Lo más característico son los infiltrados en forma de nódulos de pequeño tamaño en los estudios radiológicos y un patrón restrictivo en la espirometría.

El siguiente paso para una confirmación definitiva será la realización de un estudio del lavado broncoalveolar mediante broncoscopia. El patrón característico de este lavado es el de una inflamación en donde predominan los linfocitos. Si esta prueba no es confirmatoria, puede ser necesaria la realización de una biopsia pulmonar mediante broncoscopia o toracoscopia, en donde se suelen observar diversos grados de fibrosis e inflamación característica

El diagnóstico diferencial incluye otras enfermedades pulmonares intersticiales, particularmente la sarcoidosis, enfermedades pulmonares que cursan con infiltrados recurrentes y síntomas generales y otros procesos.

Tratamiento de la Alveolitis

El tratamiento se basa en suprimir el contacto con la fuente alergénica causante de la enfermedad; al mismo tiempo se debe eliminar el componente inflamatorio a nivel parenquimatoso, lo cual se logra esencialmente con manejo antiinflamatorio. Se usarán en forma inicial esteroides sistémicos a dosis de 0,5 a 1 mg/kg de peso al día, con una disminución paulatina cada 4-6 semanas hasta lograr suspender el tratamiento de forma definitiva, lo que, sin embargo, va a estar relacionado con la cronicidad de la entidad. Por ello, en los casos subagudos y crónicos nos vemos en la necesidad de sostener una dosis de mantenimiento de los esteroides (10 a 20 mg/día) por periodos prolongados.

Pronóstico de la Alveolitis

En las fases agudas y subagudas el pronóstico es bueno si se evitan posteriores exposiciones, aunque la resolución es algo más lenta en la subaguda. La fase crónica suele seguir un curso lento e irreversible hacia la fibrosis.

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